8 errores que cometes en el baño y pueden estar afectando a tu piel

8 errores que cometes en el baño y pueden estar afectando a tu piel

8 errores que cometes en el baño y pueden estar afectando a tu piel

Lavarse la cara con agua caliente o no lavar tus brochas está afectando a tu cutis. ¡Aprende de tus errores y sal deslumbrante!

 

Alejándonos del debate de si usas esponja, te frotas hasta los pies o prefieres un baño a una ducha, te explicamos 8 errores que quizás cometes en el cuarto de baño que pueden estar afectando a tu piel.

 

1. T(o)alla única 

Descubrir que los pantalones de tus sueños son talla única es una pesadilla, igual que lo es usar una única toalla. La cara por la mañana, las manos tras comer o pasar por el baño, incluso alguna mancha en la ropa… Por nuestra toalla pasa de todo, así que, ¿no sería mejor tener una toalla para cada parte? Poseer una toalla específica de cara no te hará snob, solo te aportará un cutis digno de la realeza.

 

2. Lavado semanal

El ritual de la lavadora es tedioso, pero ya que estamos, acordémonos de meter las toallas (en plural) semanalmente. Acumular y arrastrar toda la suciedad de abril hasta julio hará que surjan brotes de acné o infecciones cutáneas y entorpecerá el lavado de cara diario. Despídete del acné mientras bailas al ritmo del centrifugado.

 

 

3. ¿Que las brochas se lavan?

Sí, las brochas se lavan y este es otro gran paso olvidado. Es recomendable pasar nuestros utensilios de maquillaje por el túnel de lavado al menos cada 7 o 10 días. Su correcto mantenimiento evita el acné, y sobre todo su propagación y contagio a otras zonas. Un hábito que sirve para cuidar nuestra piel, pero que también es bueno para las propias brochas, que estarán suaves y durarán mucho más. Además, el polvo y suciedad de las brochas podría también llegar a adherirse a tus carísimos cosméticos y estropearlos. 

La pereza no es excusa, ¡es facilísimo! ¿Cómo?: Moja las brochas desde la base hasta las puntas, échales jabón neutro y frota hacia abajo, nunca en sentido contrario, podrían salirse las cerdas. ¡Verás que sale de todo! Déjalas secar unas 24 horas y apúntate el recordatorio para la semana siguiente.

 

4. Frota que frota

Tanto la piel como el cabello, necesitan delicadeza. “Vísteme despacio que tengo prisa” decían. No tener tiempo no es excusa para ser bruscx y frotar demasiado fuerte, pues puedes estar irritando la piel y dañando la barrera cutánea. Tu cara quedará así más sensible al daño de los factores externos, como la sequedad y las manchas. Tampoco le favorece nada a tu pelo, que se desgasta y debilita, llegando incluso a romperse. ¡No tires por la borda el trabajo de las mascarillas reparadoras!

 

5. De dentro a afuera, de abajo a arriba 

La técnica a la hora de lavarnos la cara o aplicarnos cremas también nos afecta. Estirando la piel creamos tendencias, y los movimientos descendentes harán que nuestra piel se vea algo caída. Lo recomendable es empezar siempre de dentro hacia afuera, de la nariz a las orejas, y para evitar descender, en la frente iremos del entrecejo al nacimiento del cabello. Masajear nuestra cara con movimientos circulares hará que mantengamos nuestra firmeza y elasticidad natural, para estar siempre glowing.

 

6. Too hot to handle 

Sabemos que a veces, sobre todo en invierno, estamos al borde de la quemadura con la temperatura del agua, pero pegarnos una ducha demasiado caliente puede estar afectando a nuestra piel. Sobre todo a la hora de lavar nuestro rostro, debemos intentar mantener una temperatura de aproximadamente 30ºC, medianamente tibia tirando a fría. Aunque se nos pongan los pelos de punta, esto ayudará a mantener la barrera natural que protege la humedad, los lípidos… Además, un golpe de agua fría hará que baje la inflamación, para aquellxs a lxs que se les hinchan mucho los ojos nada más despertar. ¡Hay solución para la famosa cara de recién despertadx!

 

7. ¡A hidratarse!

Echarse crema tanto facial como corporal es un paso muy importante para cuidar de nuestra piel. Esta va para para aquellxs que siempre van con prisas y se saltan este paso. Debemos aplicar crema corporal a diario, igual que el rostro. ¡Nuestro cuerpo necesita hidratación! No te olvides de los codos, lugares secos por excelencia.

El momento post ducha es el ideal para aplicar la crema. La piel húmeda tiene una muy buena absorción, así que, si estabas esperando el momento oportuno, era ese. Aplicarla en movimientos circulares y de forma ascendente hará que ayudes a tu piel a mantenerse en su lugar y conserve su rigidez natural. A lxs que os acordáis siempre, nos toca preguntaros, ¿qué técnica recomendáis?

Si habéis pasado las dos preguntas anteriores, seguro que sois unxs amantes de la crema hidratante. Como expertxs que sois, ¿aumentaréis la cantidad cuando llegue el frío, verdad? En otoño e invierno puede ser bueno aplicarla incluso 2-3 veces al día si tu piel lo necesita. 

 

8. ¿Uno para todos, y todos para uno? 

Perfumado, neutro, exfoliante, dermatológico… Podemos encontrar muchos tipos distintos de jabón, y cada uno tendrá sus ventajas y desventajas, pero debemos encontrar el que mejor cumpla nuestras necesidades. Aunque el pack familiar nos llame, quizás no sea lo mejor compartirlo con todxs tus convivientes. Si ni siquiera os ponéis de acuerdo en si pedir la pizza con o sin piña, es muy probable que tampoco coincidan vuestros tipos de piel.

Además, aunque hagas match con un tipo de jabón, debes saber que no tiene por qué funcionar por igual en todo tu cuerpo, ya que por ejemplo la piel del rostro es más delicada. ¡Escucha a tu cuerpo y a tu piel!


Rectificar es de sabixs, y si corregir estos hábitos nos dará una piel de infarto, nosotrxs no nos perderemos de ninguno de aquí en adelante… ¿Te unes?

   

19 junio 2023 - Amaia Ruiz