Ácido Hialurónico vs Bótox: lucha de gigantes
Medimos las diferencias y similitudes entre los dos productos más afamados de la medicina estética.
¿Te suena el término “bótox”? ¡Seguro que sí! ¿Sabías que es la marca del medicamento "toxina botulínica"? Imaginamos que no, y ¿sabías que usamos dichos términos de forma errónea? ¡Sorpréndenos!
Primero, tenemos que dejar de usar una marca para nombrar un medicamento, y ya que estamos, deberíamos dejar de hablar de medicamentos. Llamamos “bótox” a la toxina botulínica, igual que los Donuts son en realidad donas, y los Kleenex son simples pañuelos. Por otra parte, hablar de medicamentos es algo que no nos corresponde, pues sólo los médicos deberían hacerlo, siempre que sea para prescribir. De ahora en adelante nos referiremos a la toxina botulínica como “neuromoduladores”, que aunque sigue siendo un término incorrecto, ¡es menos incorrecto! Aunque sería la caña (y lo conseguiremos), que en un futuro cercano directamente hablemos de problemas y soluciones, para dejar de hablar de productos o medicamentos. Y a pesar de que en el camino cometeremos errores, mejoraremos juntxs, pues hemos venido a aprender, ¿verdad? ¡Empecemos!
El Ácido Hialurónico o A.H. y los neuromoduladores, utilizados para tratamientos antiarrugas, son dos de los productos más populares en el mundo de la medicina estética, aunque desconocemos muchas de sus cualidades, similitudes y diferencias. ¿Tienen el mismo efecto? ¿Son aplicables en las mismas zonas o no compiten entre sí? ¿Cuál es el más beneficioso? Venimos a aprender, para dejar de decir que te has inyectado en los labios lo que se utiliza para las arrugas.
Tal para cual - Similitudes
Una de sus principales características, que comparten y por la cual mucha gente tiende a confundirlos, es su efecto rejuvenecedor. Muchas veces habremos escuchado que aquella persona “se quitó años” con un par de pinchazos en el entrecejo.
Desaparecerán mágicamente, como tu salario en época de rebajas. No son prótesis ni implantes permanentes, sino componentes reabsorbibles por lo que ambos van desvaneciéndose según nuestro organismo los va consumiendo. Sus efectos, por tanto, no son definitivos y tienen vuelta atrás mediante la reabsorción (tiempo al tiempo) o la retirada de producto. Si es tu primera vez puedes probar pidiendo que te apliquen poca cantidad, y en caso de no sentirte tú, será reversible y podrás dar marcha atrás en cuanto tu médicx lo recomiende.
¿Reservar todo un día para el tratamiento? Para nada, el proceso de inyección de ambos es breve, de entre 15 y 45 minutos en clínica. Evitar el quirófano es un gran beneficio de la medicina estética que no tiene la cirugía plástica, pero esto ya es un tema para otro día.
Juntos pero no revueltos - Diferencias
A pesar de ser confundidos habitualmente, los dos productos en realidad tienen más diferencias que similitudes. La diferencia más destacable es que aunque están muy relacionados, sus funciones son distintas. Es como comparar el cuchillo y el tenedor o la plancha y el secador.
El ácido hialurónico es un componente que está presente en nuestro organismo de forma natural, pero actualmente puede ser sintetizado en laboratorio para crear un gel inyectable y utilizarlo con fines estéticos. Con esta nueva variante, conseguimos rellenar las arrugas corrigiéndolas y ayudando a retener el agua para mantener el rostro hidratado. Los neuromoduladores, en cambio, tienen como función paralizar o relajar la musculatura para disminuir las arrugas o marcas de expresión del rostro. Es decir, mediante esta inmovilización, la arruga no aparece porque el músculo no se contrae con tanta fuerza. Este absoluto relax genera expresiones más suaves, aún manteniendo la expresión facial, un efecto que el ácido no tiene. Sabemos que este efecto es buscado por algunxs, pero temido por otrxs que lo catalogan de pérdida de expresión. Un objeto de debate como la pizza con o sin piña. Para gustos colores ¿no?
Nuestrxs médicxs se adaptan a los gustos de cada paciente. Si quieres conservar tu expresividad pueden inyectarte menos unidades de las necesarias, para no paralizar por completo la musculatura, estrategia a la que llamamos “tratamiento antiarrugas baby”.
¡Cada uno en su lugar! Ahora que sabemos que su función es distinta, es fácil comprender que no son aplicables en las mismas zonas, aunque sí que es posible realizar una aplicación conjunta, pues se complementan. ¡Juntxs somos mejores!
Las zonas de aplicabilidad del ácido hialurónico son: ojeras, nariz, pómulo, mandíbula, sienes, mentón, patas de gallo y labios. ¡Casi el rostro entero!
Las de los tratamientos antiarrugas con neuromoduladores se limitan, en el rostro, más bien al tercio superior (frente, entrecejo y patas de gallo, así como elevar la posición de las cejas). Y destaca en ser aplicable en zonas como las palmas de las manos, pies, axilas y mandíbula para otros tratamientos que veremos más adelante. ¡Lee hasta el final para resolver el hype!
¿Hasta que la muerte nos separe? Como ya hemos comentado, también distan respecto a su duración, pues el A.H. suele durar de 6 a 18 meses hasta ser absorbido totalmente, dependiendo de la zona y el tipo de piel. Un neuromodulador en cambio, únicamente perdura por entre 3 y 6 meses. Los dos factores más determinantes en su duración son la cantidad de zinc en el organismo, encargado de la síntesis del colágeno, y la fuerza muscular facial, donde cuanto más fuertes sean menos durará el efecto.
*Dato curioso: Si eres unx habitual de los tratamientos antiarrugas, quizás hayas notado que puede durar menos como consecuencia de la vacuna del COVID o de haber pasado la enfermedad, pues los anticuerpos atacan la toxina degradándola. De pequeños detalles como estos dependerá su duración en nosotrxs.
Lo que los hace únicos- Particularidades
Una particularidad del ácido hialurónico es su versatilidad, ya que es aplicable en formato de cremas o serums, infiltrable mediante inyecciones, incluso bebible. Best of both worlds!
Es cada vez más habitual adaptarlo a nuestra rutina de cuidado facial, o dieta, en dosis más leves, haciendo este proceso de cuidado más largo pero constante. También hay quien se apoya en los alimentos ricos en A.H., que son muy diversos y hasta vegan-friendly. Ya hablamos de esto en profundidad en el artículo “Ácido Hialurónico: 4 claves que desconocías”.
Algo a resaltar sobre los neuromoduladores son sus otros usos no estéticos, como sus beneficios para solucionar el bruxismo (la contracción excesiva del principal músculo de la masticación) o la hiperhidrosis (la sudoración excesiva). Al paralizar la musculatura, en estos casos los neuromoduladores obligan a relajar la mandíbula o ayuda a bloquear esos poros de sudoración, respectivamente. Cuando escuches hablar de los neuromoduladores ahora sabrás que es más que una cara bonita.
Parece que esta batalla tendrá dos ganadores, pues como hemos visto cada producto tiene sus singularidades que lo hacen único. Con lo que hemos aprendido tenemos claro que tienen muchas diferencias y diversos beneficios, y estos nos aseguran que, sea lo que sea lo que queramos cambiar o mejorar, será posible. ¡Libera tu mejor versión y sé quien quieras ser!